A pesar de los altos niveles de pobreza en la isla de Cuba, su población se encuentra entre las más saludables del mundo. Y aún más, sus avances en el campo de la salud no tienen absolutamente nada que envidiar a los del resto del mundo.

Sin embargo, el sistema de salud de Cuba, universalmente reconocido por la excelencia de sus profesionales, se basa precisamente en la formación. En este contexto, y ante una realidad que manifiesta recursos económicos sumamente limitados, Cuba ha tomado ejemplos de sistemas de salud pública de otros países latinoamericanos, entre ellos la Argentina, para desarrollar el suyo propio. En este contexto, es importante señalar la importancia de las nuevas tecnologías en todo lo relacionado con la educación y la formación de profesionales.
 
La Internet, sobre todo, es una herramienta sumamente útil para estudiar medicina desde cualquier otro país de la región, y así obtener resultados similares a los observados en las universidades más prestigiosas de los países desarrollados, especialmente cuando hablamos de especialidades con un alto grado de exigencia. Independientemente del punto de vista desde el que se analice el problema, la salud sólo puede ser eficiente cuando cuenta con profesionales capaces y actualizados en todas las áreas que comprenden su especialidad.
 
Por eso en Cuba, cuyo modelo de salud, insistimos, se basa en la misma estructura que la Argentina supo ejercer durante muchos años en el continente, se basa en sus profesionales médicos. En este contexto, Internet es una herramienta de apoyo fundamental para todos los que trabajan en el campo de la salud. En Cuba, como en cualquier país que se interese sinceramente por la salud de su población, la posibilidad de estudiar, formarse e incluso perfeccionarse en medicina a través de Internet es uno de los factores más importantes a la hora de entender la universalidad en el acceso a la salud de todos los sectores de su población.